El despoblado de Puy de Cinca mantiene un rico patrimonio histórico y cultural donde destacan los templos románicos junto a edificaciones más modernas. Documentada su existencia desde 1174, perteneció a los señores de Castro, condes de Aranda y duques de Híjar. La despoblación se aceleró con la construcción del embalse de El Grado y la pérdida de los campos de cultivo.
Quizá el edificio más singular es la ermita de la Virgen del Romeral (siglo XII), En su origen se configuraba con la estructura lógica de su fecha de construcción: nave única concluida en un ábside semicircular cubierto por una bóveda de cañón apuntada. A este se añadió una estancia cuadrangular para la sacristía en el lateral derecho, y se amplió eledificio original.
Otro templo románico es el de San Esteban Protomártir, aunque poco se distingue en este estilo por las profundas transformaciones sufridas durante el periodo renacentista. La puerta de acceso y el porche que la protege son un buen ejemplo. Planta de tres naves con arcos apuntados que sujetan una bóveda de cañón apuntada que concluye en un ábside semicircular oculto. A la derecha se abre una sacristía desde el que se levanta una torre campanario de cuatro cuerpos y rematada por un chapitel de planta cuadrada que se remataba con un tejado en forma de una pirámide de cuatro lados. A cada lado de esta nave central se ubican sendas naves laterales que también se dividen en cuatro tramos cubiertos por bóvedas de arista. La fábrica original se oculta tras una capa de pinturas populares fechables en el siglo XVII.
La ermita de San Martín es otro paraje a visitar. Amplio recinto, con habitáculos para el ermitaño y un pequeño templo al fondo de planta rectangular y una sola nave.
La ermita de San Pedro (siglo XVIII) es un edificio sencillo de una sola nave. Un atrio se abre para dar paso al acceso por una puerta adintelada sobre los que se distinguen restos de una pintura mural barroca. Una bóveda de cañón sustenta el interior donde vuelven a aparecer las pinturas murales, más simples, que imita una imposta perimetral, despieces de sillería de distintos tipos en los muros y arcos fajones y florones en las bóvedas. El altar de obra y la pileta de agua bendita han desaparecido.